¿Cómo afronta Jacinta esta temporada?
A Jacinta le van a pasar muchas cosas este año, aunque no estoy muy segura porque cada capítulo que recibo me sorprende más que el anterior. Pero sé que, una de las cosas claves que le van a suceder, es que va a ser juzgada por asesinato. No se sabe si la van a encarcelar o no. Los guionistas nos dan unas líneas generales de las historias en las que se van a ver involucrados los personajes para que nos hagamos una idea.
Sobre la trama que tiene Jacinta con Héctor, el personaje de Luis Merlo, ¿que va a pasar con ella?
Esa trama es muy difícil de aclarar porque Jacinta es muy mayor, está en ese internado desde que era un orfanato y se encuentra dentro de una historia que no es ni muy clara ni muy limpia con los chicos que desaparecieron allí hace muchos años. Supongo que esta mujer conoce todas las historias que han ido ocurriendo en este edificio y estará al tanto de lo que les sucedió a estos chicos.
¿Cree que sus misterios enganchan al espectador o le confunden?
Yo creo que mitad y mitad, porque, diciéndolo como espectadora, que es muy difícil siendo parte de esta historia, de pronto me resulta difícil seguir la trama pero también me engancha porque pienso, “esto lo tengo que entender, esto tiene que ser de esta manera”. Es una especie de masoquismo lo mío, me tengo que enterar bien para dar la talla al rodar.
¿Se imaginaba hace dos años, cuando comenzó la serie, el éxito que iba a tener?
No me lo imaginaba pero estoy acostumbrada porque, insisto una vez más, siempre he tenido mucha suerte en los proyectos que he trabajado y la fortuna siempre me ha acompañado.
Estuve un tiempo alejada de la televisión y, cuando volví, fue porque me ofrecieron ‘7 vidas’ cuando estaba haciendo teatro; y pensé, “bueno, voy a hacer diez o doce capítulos de esta historia tan divertida”. Al final, compaginé un año la obra que estaba haciendo, ‘La opinión de Amy’, con la serie, e hicimos 204 capítulos.
Estoy acostumbrada a la repercusión que tiene una serie de éxito. Anteriormente también estaba acostumbrada porque empecé haciendo televisión en 1959 en Madrid.
Hacía series de Jaime Armiñán y Adolfo Marsillach, dos de mis maestros, y yo salía a la calle, y como todo era directo, si yo no llegaba al teatro, paraba un coche en la calle, decía “que no llego al teatro Lara, ¿me podéis llevar? Y me decían ¡la de la tele!” Por aquel entonces, ya era conocida porque salía por la televisión, por eso todo lo que rodea a ‘El internado’ no me pilla por sorpresa.
¿Cree que ahora también podría parar un coche para que le lleve a rodar a ‘El Internado’?
Por supuesto, estoy segura que sí (risas) me traerían al plató de la serie.
¿Qué tiene de especial ‘El Internado’ que engancha tanto a los espectadores?
Creo que es porque está muy bien pensada, tiene una producción muy importante, unos medios desconocidos hasta ahora en los rodajes de televisión y está filmada con unos medios estupendos. La calidad de la marca y del producto, unido a que hay gente muy guapa, grandes actores y que hay unas tramas que interesarán a un tipo de público y otras, a otros.
Cuando tengo alguna escena con las niñas pequeñas, me emocionan. Se portan maravillosamente y te asombran. Creo que es un conjunto de cosas al que se suma la suerte. Lo que no se da cuenta la gente es que para que una niña salga andando por el bosque tan tranquila, la pequeña tiene detrás un montón de cámaras y de gente.
¿El rodaje de este año está siendo más duro que el de otras temporadas?
Creo que el de este año no es tan duro como los anteriores. Somos dos unidades, una en el plató y otra en esos exteriores tan maravillosos que tenemos en la Universidad Nebrija de Madrid. Esta temporada está siendo más cómoda, todos nos hemos familiarizado más, somos como una piña y eso lo hace todo más fácil.
¿Pero ha reducido sus apariciones en el bosque y otros exteriores?
No creas, el bosque por la noche lo voy dejando atrás, pero esta temporada seguirá saliendo bosque y noche.
¿Cuál ha sido el momento más duro del rodaje?
Recuerdo una escena que fue especialmente dura. Fue una noche que rodamos en El Retiro de Madrid, no era invierno, sería septiembre, pero a las tres de la mañana era terrorífico el frío que hacía, pero duró dos o tres horas así que tan poco fue tan malo. Para mí, el rodaje de ‘El Internado’ no es muy complicado.
¿Los chicos le piden consejos?
No, la verdad es que no me los piden. También es verdad que a mí no me gusta darlos. Alguna vez me hacen preguntas sobre el mundo de la interpretación. Lo único que les puedo decir que tengan la absoluta seguridad de lo que quieren ser, si quieren ser actores o quieren ser famosos, que no tiene nada que ver. Que sigan estudiando, trabajando, viendo teatro y formándose. Esta profesión no es mágica, es un trabajo y hay que currárselo y estudiar.
VíaVertele
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