En menos que canta un gallo regresará a la parrilla de Antena 3 nuevos episodios de «El internado». La serie de Globomedia que tiene encandilados a los adolescentes lo hace con la incorporación de cuatro nuevos personajes -papeles que interpretaran Cristina Marcos, Nani Jiménez, José Ángel Trigo y Natalia López- con los que echar más leña al fuego. Dicen que la veteranía es un grado, unos galones que ya ha obtenido -por méritos propios - el guipuzcoano Yon González con su papel de Iván, uno de los alumnos que peor lo pasan en las tramas de «El internado»...
-¿Novedades para la temporada que está apunto de dar comienzo?
-Muchas. Nos tienen prohibido adelantar acontecimioentos. Lo que le puedo decir es que la situación se va a poner muy tensa y con bastantes complicaciones para todos y cada uno de los que estamos bajo el mismo techo de «La laguna negra»... va a ver hasta muertes.
-¿Algún compañero?
-Puede que sí.
-Me ha dicho un pajarito que hay un virus que va a afectar a muchos de ustedes...
-No se trata de trata de la gripe A . Yo soy uno de los infectados. Paso mucho miedo y como mi personaje es tan reservado no se lo cuento a nadie y me lo guardo para mí.
-¿Es usted como Iván su personaje?
-No tenemos nada en común. Soy una persona que siempre lo cuenta todo y ante cualquier duda lo consulto o busco consejo. Esta actitud me hace sentirme protegido.
-¿Cómo lleva la fama?
-La llevo, que ya es bastante.
-¿Qué es lo más fuerte que le ha ocurrido en estos años en su contacto con los seguidores de la serie?
-Visitando el Museo del Prado me tope con un colegio de niñas... no sabe la que se montó. En algunos momentos no lo comprendo, tal vez sea porque en mi caso nunca me ha gustado pedir autográfos a nadie.
-¿Cómo lleva que le sigan a todas partes?
-Una cosa es el fenómeno fan y otra bien diferente es que te sigan los de la prensa rosa para tratar de sacarte cuando vas paseando con tu chica o estás con amigos. No me gusta, pero no quiero enfadarme ya que después tengo que desquitarme el enfado.
-En «Mentiras y gordas» usted se ha destapado...
-Es algo que lo exigía el guión, pero no me sentí muy comodo. Lo que me gusta es interpretar. Si te lo tomas en serio la profesión de actor es muy dura, pero también es la más maravillosa del mundo, porque tú eres tu propia herramienta de trabajo.
-Trabajar en «El internado» ¿obstaculiza su trabajo como actor en otros medios?
-En absoluto. Ahora mismo estoy haciendo otro personaje distinto de este en una película de Xavier Villaverde y también me han ofrecido un pequeño papel en otro título.
-¿Qué medio prefiere?
-Sin lugar a dudas el teatro. En televisión eres actor de cintura para arriba, mientras que en el teatro lo eres desde la punta de las uñas de los pies hasta el último pelo de tu cabeza.
-Tras cinco temporadas en antena y una sexta en capilla, ¿tiene «El internado» agotadas las tramas?
-No. Al margen de por el reparto que se regenerando a lo largo de cada temporada, los retos que nos ponen y los guionistas que son unos «cracks» hacen que en ningún momento se note ningún síntoma de agotamiento en la serie.
-Desde «SMS», ¿se siente usted que ha progresado como actor?
-Desde luego que si. Me siento más tranquilo y seguro. El éxito me ha llegado muy joven y muy rápido, pero no me creo nada ya que ahora te pueden tener en lo más alto y dentro de unos días todo lo contrario. Esta profesión me hace sentir un gran vértigo y una enorme responsabilidad.
-¿Novedades para la temporada que está apunto de dar comienzo?
-Muchas. Nos tienen prohibido adelantar acontecimioentos. Lo que le puedo decir es que la situación se va a poner muy tensa y con bastantes complicaciones para todos y cada uno de los que estamos bajo el mismo techo de «La laguna negra»... va a ver hasta muertes.
-¿Algún compañero?
-Puede que sí.
-Me ha dicho un pajarito que hay un virus que va a afectar a muchos de ustedes...
-No se trata de trata de la gripe A . Yo soy uno de los infectados. Paso mucho miedo y como mi personaje es tan reservado no se lo cuento a nadie y me lo guardo para mí.
-¿Es usted como Iván su personaje?
-No tenemos nada en común. Soy una persona que siempre lo cuenta todo y ante cualquier duda lo consulto o busco consejo. Esta actitud me hace sentirme protegido.
-¿Cómo lleva la fama?
-La llevo, que ya es bastante.
-¿Qué es lo más fuerte que le ha ocurrido en estos años en su contacto con los seguidores de la serie?
-Visitando el Museo del Prado me tope con un colegio de niñas... no sabe la que se montó. En algunos momentos no lo comprendo, tal vez sea porque en mi caso nunca me ha gustado pedir autográfos a nadie.
-¿Cómo lleva que le sigan a todas partes?
-Una cosa es el fenómeno fan y otra bien diferente es que te sigan los de la prensa rosa para tratar de sacarte cuando vas paseando con tu chica o estás con amigos. No me gusta, pero no quiero enfadarme ya que después tengo que desquitarme el enfado.
-En «Mentiras y gordas» usted se ha destapado...
-Es algo que lo exigía el guión, pero no me sentí muy comodo. Lo que me gusta es interpretar. Si te lo tomas en serio la profesión de actor es muy dura, pero también es la más maravillosa del mundo, porque tú eres tu propia herramienta de trabajo.
-Trabajar en «El internado» ¿obstaculiza su trabajo como actor en otros medios?
-En absoluto. Ahora mismo estoy haciendo otro personaje distinto de este en una película de Xavier Villaverde y también me han ofrecido un pequeño papel en otro título.
-¿Qué medio prefiere?
-Sin lugar a dudas el teatro. En televisión eres actor de cintura para arriba, mientras que en el teatro lo eres desde la punta de las uñas de los pies hasta el último pelo de tu cabeza.
-Tras cinco temporadas en antena y una sexta en capilla, ¿tiene «El internado» agotadas las tramas?
-No. Al margen de por el reparto que se regenerando a lo largo de cada temporada, los retos que nos ponen y los guionistas que son unos «cracks» hacen que en ningún momento se note ningún síntoma de agotamiento en la serie.
-Desde «SMS», ¿se siente usted que ha progresado como actor?
-Desde luego que si. Me siento más tranquilo y seguro. El éxito me ha llegado muy joven y muy rápido, pero no me creo nada ya que ahora te pueden tener en lo más alto y dentro de unos días todo lo contrario. Esta profesión me hace sentir un gran vértigo y una enorme responsabilidad.
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