Los residentes de El Internado, la serie revelación del 2007, hicieron un parón en el ‘curso’ para celebrar con nosotros la Nochebuena. Así que hicimos oídos sordos a las estrictas normas de la gobernanta (Amparo Baró) y la jefa de estudios (Natalia Millán) y nos colamos en la biblioteca para improvisar una divertida cena junto a la chimenea, que tantos secretos esconde.
Aunque el equipo llevaba todo el día grabando y los actores estaban cansados, la idea de poder cambiar por un día los aburridos uniformes por un bonito estilismo de fiesta propició un pequeño alboroto en los camerinos. Y al final a Luis Merlo (quien, a pesar de tener fiebre, no quiso perderse la instantánea) no le quedó otra que ejercer de director: “Un poco de orden, chicos”, les dijo cariñoso mientras sometía a examen los últimos detalles del árbol de Navidad. Marta Torné también guardó su ‘pack’ de chica de la limpieza: “¡Por fin puedo demostrar cuánto estilo tengo!”, bromeaba. Los ‘profesores’ Eduardo Velasco, Marta Hazas y Alejandro Botto (el nuevo ‘profe de mates’ argentino que nos contó que echa mucho de menos a su familia durante estas fiestas), sonreían. Todos coincidían en que ésta es una noche para vivir con tus seres queridos.
Pero quienes revolucionaron nuestra Nochebuena con sus risas fueron los más jóvenes. El Internado es el sueño cumplido de todos ellos y esta Nochebuena van a celebrarlo. Martín Rivas, viendo a su tío disfrazado de Papá Noel, “como todos los años”. Yon González (la dureza superficial de Iván, su personaje, es pura ficción) dándose “un homenaje” en casa: “Lo que me gusta de estos días es comer. ¡Mi padre es el rey de la cocina!”, dijo. “A mí me encanta preparar la cena con mi madre”, apuntó Blanca Suárez, el último bellezón fichado como alumna problemática. Para Ana de Armas, la Navidad huele a cerdo asado, arroz, plátanos... la comida típica de Cuba, su país: “El año pasado fue duro, porque lo pasé sola. Y me temo que éste será igual”, dijo melancólica. Los recuerdos también iluminaron la bonita mirada de Elena Furiase: “Nunca olvidaré las fiestas que hacía mi abuela [Lola Flores]. Familia y amigos. Mucho cante y mucho baile. Mi padre y mi madre juntos...”. “Es lo bonito de estos días: los buenos deseos, estar con quienes quieres –dijo Daniel Retuerta–. Sólo por eso merece la pena”.
Vía AR
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