miércoles, 5 de noviembre de 2008

ENTREVISTA: ANA DE ARMAS



En un estupendo momento como actriz, la joven Ana de Armas se muestra vital y encantadora en el encuentro que mantuvimos, en el que empezó por aclarar que su corazón lo ocupa su trabajo: «»o sólo estoy enamorada de la interpretación».

¿Ligas más ahora que eres popular?
Nunca he tenido problemas para ligar, aunque ahora se me acerca mucha gente porque soy conocida.

¿Qué ha supuesto para ti El Internado?
Me ha ayudado a madurar, a vivir sola y hacer mi vida. Como actriz, que el público me conozca, que acepte mi forma de actuar y mi acento.

¿Cómo está yendo la nueva temporada?
Estamos felices con la audiencia. El otro día, los compañeros de rodaje hicimos una porra para ver qué audiencia conseguíamos y nos sorprendió a todos el 22% de share, ojalá que siga así.

«Sin líos amorosos»
¿Qué tienes de Carolina?
Soy muy leal, valiente, romántica y me enamoro de todo el mundo.

¿Cómo os lleváis entre los compañeros de reparto?
Estupendamente, como no hay líos amorosos, no tenemos problemas.

¿Qué te gustaría que le pasara a Carolina?
Es un personaje basado en la relación que tiene con los chicos, Marcos e Iván, y me encantaría que tuviera más historia y se supiera de sus padres. No tiene un pasado definido y eso sí me gustaría.

El próximo mes de enero estrenará Mentiras y gordas, y tiene dos películas en cartera: una Vicente Aranda y otra con Alejandro Doria, junto a Carmen Maura, que la ilusiona mucho aunque el suyo es un papel muy pequeño.

Cubana, que ejerce, Ana nació en La Habana el 30 de abril de 1988. A los 18 años, se vino a España y, en dos años, ha conseguido cumplir un sueño: vivir de su trabajo.

¿Qué opinó tu madre cuando dijiste que te venías?
Mis padres siempre, me han comprendido y me han enseñado que con los cobardes no se ha escrito la historia Me dijeron: «¡Adelante!».

¿Cómo viven ellos tu actual éxito?
Les envío todos los capítulos y revistas en las que salgo. Están muy orgullosos, pero les cuesta hacerse a la idea de todo lo que se forma con la serie. Cuando mi madre vino en agosto, pudo verlo y alucinó con todo el revuelo que se formaba a mi alrededor. El que sí lo está viviendo ahora es mi hermano, que está en Madrid conmigo. Yo muchas veces le digo: «No te acerques demasiado, a ver si van a decir que eres mi novio».

¿Cómo recuerdas tu infancia en Cuba?
Al principio vivía con mis abuelos en La Habana y mis padres en Santa Cruz. Después todos estuvimos en La Habana. Yo me pasaba el día actuando, era muy payasa. Mi vida allí era muy libre y feliz.

Morriña de su isla
¿Qué echas de menos?
A mis padres y el mar. Madrid está a 400 kilómetros del mar, y en Cuba, salía al balcón de mi casa y veía el Malecón y el mar.

¿Cómo empezaste en la interpretación?
Supe que había una escuela de arte y me inscribí. Hacíamos teatro español y cubano, lo pasamos genial. Allí surgió la posibilidad de rodar La rosa de Francia. Conocí al director, Manuel Gutiérrez que me preguntó: «¿Te vas a casar, tienes compromiso?». Dije que no y me contestó: «No te cortes el pelo ni te depiles las cejas, vas a ser la protagonista» y así fue.

¿Cómo fue tu llegada a España?
Emocionante. Me sorprendió el olor de Madrid y el frío. Luego volví a Cuba y regresé aquí un año después. Le dije a mi mamá: «Me voy a España, cuando se me acaben los ahorros vuelvo»... y aquí estoy.

1 comentario:

Anónimo dijo...

arregalte un poko ke estas mui zoza

es un consejo como amiga aunque no lo seamos y tu no me conoscas pero ija...