Fue horrible. A lo largo de los ensayos, yo preguntaba todo el rato: «¿qué tal vamos?» para ver si el ritmo al que trabajábamos era bueno. Todos me decían: «Sí, no te preocupes». Cuando faltaba una semana para estrenar, volví a preguntar y me pusieron un gesto de pánico (ríe). Luego, he descubierto que siempre pasa lo mismo. Al final, el estreno fue sobre ruedas.
Aun así, ¿las tablas imponen? ¿Qué sentimientos tuvo?
Lo pasé fatal. Fui muchas veces al baño esa mañana (ríe).
Pero compensa, ¿no?
He descubierto que me encanta la vida en compañía. Aparte de lo que sientes en escena, me gustan esa dinámica de trabajo y el compañerismo que se establece.
Entiendo los prejuicios ante determinados productos o géneros, pero tenerlos ante la televisión es una tontería, porque mucha de la mejor ficción que se produce viene de ese medio. Incluso en España.
¿Su futuro está en las tablas?
Me gustaría no dejar el teatro nunca. Mis esfuerzos van por ahí. Cuando terminó el estreno de Drácula, fue como si me sentiera en casa y me diera cuenta de que pertenezco a este mundo. Me encantaría hacer de Macbeth, Ricardo III... también de Cleopatra en Antonio y Cleopatra. Sería atrevido, ¿eh?
visto en elmundo.es
1 comentario:
tienes una nueva seguidora! Es imposible no seguirte con un blog como el tuyo dedicado a una gran serie y con tu ultima entrada de mi amor desde siempre! jajaaj Si quieres, yo tambien tengo un blog: palabrasquerecorrenelmundo.blogspot.com
un besito!
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