Conocido por su papel en 'El Internado', Martín Rivas vuelve a la carga después de un año de estudio en Reino Unido y lo hace, nada más y nada menos, que subiéndose a las tablas junto al gran Emilio Gutiérrez-Caba y a Ramón Langa. En 'Drácula' (desde hoy en el Teatro Marquina), Martín interpreta a Jonathan Harker, un abogado enamorado de una joven que padece una extraña enfermedad a la que nadie pone nombre.
¿Cómo es tu personaje en 'Drácula'? Soy Jonathan Harker que, como me dice Emilio, soy el galán joven. Es un abogado que trabaja en una agencia inmobiliaria de la época. La gente tiene en la cabeza la historia de Bram Stoker y esta obra se parece bastante. Es una versión de 1913, pero hemos modificado algunas pequeñas cosas para que todo se resuelva en un mismo escenario. La acción comienza cuando Drácula llega a Inglaterra.
Y además en la película de Coppola grandes actores interpretaban estos personajes... Keanu Reeves hace mi papel en la película de Coppola. Es la que más se aproxima al original, la novela es muy densa y hay que hacer un trabajo de condensación, potenciar vínculos entre personajes...
¿Cómo definirías a Johnatan y lo que él hace por su amada Mina? Lo que me encanta de Johnatan es que es un personaje ordinario en circunstancias extraordinarias, un recurso que también usaba mucho Hitchcock como en 'Encadenados', 'Extraños en un tren'... Se ven enfrentándose a algo que es más grande que ellos. Yo soy el novio de Mina (María Ruiz) que tiene una enfermedad muy rara y que nadie sabe diagnosticar y a la vez Lucy ha muerto con los mismos síntomas que ella. Entonces llegan Van Helsig y Drácula, que es un tipo muy raro... y los tres acaban enfrentándose y tratando de vencer a Drácula, un no muerto que lleva vivo más de 500 años y que tiene la fuerza de veinte personas. Él se entrega al máximo pero verá que todo tiene sus consecuencias y debe hacer las cosas con más cautela ante Drácula.
¿Cuál es la forma de enfrentarse a Drácula? Hemos intentado huir de la iconografía del crucifijo porque está muy manida y aunque es un mito reinventado y revisado mil veces y que es muy actual porque estamos en una época de vampiros financieros. El ser humano tiene poca predisposición a beber agua y por eso es un mito con mucho éxito.
¿Pasaremos miedo en el teatro? El público va a pasar mucho miedo. Se mete al patio de butacas en esa sensación a través de trucos escénicos fantásticos, nos ha asesorado el mago Yunque... ellos serán también casi parte de la obra.
¿Impone lo de representar en Madrid? Si, mucho, impone, pero es una sensación rara. Me da miedo pero es algo crucial en la carrera de un actor. No me preocupa que se me mire con lupa.
¿Te gustan las películas de miedo? No es el género que más me gusta. Me he vuelto a leer la novela y había visto la película de Coppola. La escena de Gary Oldman jurando en arameo se me quedó grabada cuando la ví.
¿Te ves más maduro que en 'El Internado'? Creo que sí soy más maduro ahora. En 'El Internado' era otro tipo de personaje y el trabajo que he hecho ahora no ha tenido nada que ver con el de la serie. Mi pretensión como actor es servir a la historia de la mejor forma posible.
¿Te gusta ser el guapo, el galán? No es nada fácil ser el galán, pero ahora es lo que me toca hacer por la edad. Pero me gustaría hacer cualquier personaje.
¿Qué papel te gustaría interpretar? Un clásico como Segismundo en La vida es sueño me encantaría hacerlo o cualquier cosa de Bernard Marie Koltes. Y una peli de acción también.
¿Cuándo empezáis a rodar 'El don de Alba', tu nueva serie? Empezamos a grabar el 23 de enero. Me apetece trabajar en televisión, cine, teatro, en lo que sea. Antes había muchos prejuicios, pero ahora es distinto. Entiendo que haya actores a los que les de miedo comprometerse a tan largo plazo como con una serie.
¿Te preocupa estar otra vez rodeado de fans? Lo de las fans lo llevo muy bien, nunca me he sentido perseguido, pero es normal que te reconozcan por la calle. Pero es parte de esta profesión y yo me lo tomo con total naturalidad. Es algo pasajero. Lo que me importa es trabajar.
